Los piercings en la boca, al igual que otros piercings y los tatuajes, no son algo moderno, pues llevan muchos años formando parte de ciertas culturas y grupos étnicos. En los países occidentales, los piercings orales son de las perforaciones corporales más populares desde hace años e incluso su uso ha aumentado entre los más jóvenes. Cualquier tipo de piercing en cualquier parte del cuerpo supone cierto riesgo, ya sea por el dolor que ocasiona, la posibilidad de que el cuerpo rechace la joya, el alto riesgo de infecciones y sangrados, etc. Pero los piercings en la boca conllevan, además, otro tipo de riesgos y posibles consecuencias que conviene conocer antes de tomar la decisión de realizarse una perforación.
La mayoría de las personas que se deciden por un piercing oral no valoran los riesgos ni consultan con su dentista antes de realizárselo, por eso en Clínica Dental Cerro Alonso vamos a contaros todo lo que hay que saber sobre los piercings orales.
¿Qué son los piercings orales?
Como su propio nombre indica, los piercings orales son perforaciones que se realizan en las estructuras orales, ya sean la lengua, los labios, las mejillas, los frenillos e incluso los propios dientes y hasta la úvula o campanilla. Dependiendo de la colocación del piercing, éste tendrá unas consecuencias u otras, aumentando los riesgos si la joya decorativa se encuentra en contacto con zonas sensibles.
Tipos de piercings en la boca
Estos piercings pueden colocarse en diversas zonas de la cavidad oral, pero las partes más frecuentemente perforadas son:
Lengua
Sin duda, uno de los piercings más populares que parece no pasar de moda. Dentro de los piercings en la lengua encontramos distintos tipos y formas de perforarla, siendo el más común el piercing Rim, tradicional o central, es decir, el que atraviesa la lengua completa en vertical y, normalmente, en el centro. Por otro lado, queremos destacar que el piercing más peligroso es el horizontal que atraviesa la lengua de lado a lado, lo que puede dañar nervios o venas de manera irremediable.
Labios
Aunque se puede perforar cualquier parte del perímetro labial, hace años estaban muy de moda los piercings en el lateral del labio superior. Actualmente, los más comunes son los conocidos como Labret y Medusa. El primero atraviesa en horizontal la parte inmediatamente debajo del labio inferior, asomado solo una perforación. El Medusa, en cambio, se realiza en el centro del surco nasolabial, comúnmente conocido como arco de Cupido.
Mejillas
Estos piercings no son tan populares, pues son muy llamativos, ya que son perforaciones que se realizan donde están o podrían estar los hoyuelos de la sonrisa. Aunque el piercing es externo, la perforación alcanza la mucosa yugal.
Frenillos
Bien conocidos, pero algo menos frecuentes son los piercings en los frenillos orales, es decir, el que conecta el labio superior con la encía y el lingual, que une la lengua al suelo de la boca.
Dientes
No se trata de un piercing como tal, ya que no perfora el diente, pero consiste en colocar un brillante en la superficie del diente.
¿Qué complicaciones puede traer consigo un piercing en la boca?
Perforar e introducir objetos extraños en la boca puede generar diversos problemas, desde algunos leves y remediables hasta otros mucho más graves y potencialmente irreversibles. Estas son las consecuencias más comunes de tener piercings en la boca:
Dolor, inflamación y sangrado
Inmediatamente después de la perforación se experimenta dolor e inflamación en la zona y estos síntomas podrían alargarse incluso más de una semana. En cuanto al sangrado, los piercings en la lengua son los más propensos a sangrar y, en caso de que se haya perforado un vaso sanguíneo por error, la hemorragia puede ser importante.
Infecciones
Se estima que hasta un 20% de las perforaciones desencadenan alguna infección y las probabilidades aumentan en el caso de un piercing oral, pues la boca está llena de bacterias y humedad.
Resección gingival
Es una de las consecuencias más graves que pueden tener los piercings en los labios y la lengua. El roce constante con la joya provoca que las encías se retraigan, dejando cada vez más expuesta la raíz del diente. Tener un piercing en la boca podría ser el origen de una enfermedad periodontal.
Daños en el esmalte dental
Los movimientos naturales que se producen al hablar o comer provocan que las joyas choquen contra los dientes, lo que daña progresivamente el esmalte dental, debilitándolos.
Fracturas y fisuras dentales
Además de producirse fracturas por el debilitamiento que provoca el roce de las joyas en los dientes, algunas personas adquieren el mal hábito de jugar y morder los piercings, lo que puede producir lesiones, astillamientos y hasta roturas de dientes.
Caries y halitosis
Los piercings orales dificultan la higiene oral y favorecen la acumulación de placa bacteriana, lo que puede derivar en sarro, caries y halitosis o mal aliento.
Maloclusiones o movimientos dentales
Tener un cuerpo extraño en la boca altera las fuerzas de la lengua y los movimientos de la boca en general. Además, las presiones de la joya contra los dientes puede llegar a modificar sus posiciones.
Cuidado con los piercings orales
Si tomas la decisión de realizarte un piercing oral, asegúrate de acudir a un profesional debidamente cualificado que utilice material esterilizado y de calidad. Tras la perforación, es vital que seas cuidadoso y minucioso con la higiene oral y del propio piercing, asegurándote de limpiar bien la herida y la joya para evitar infecciones. Realiza enjuagues diarios con un colutorio antiséptico y utiliza hilo dental para no dejar ningún resto de comida entre tus dientes. Por supuesto, ante síntomas como fiebre, secreción en la herida o hinchazón importante, acude al médico.
No te olvides de las revisiones periódicas con el dentista para asegurar el estado de tus dientes y encías y poder hacer las recomendaciones oportunas. Si tienes alguna duda acerca de las consecuencias que podría tener determinado piercing en tu caso, acude a tu dentista para que pueda asesorarte. En Clínica Dental Cerro Alonso te ayudaremos con esta y otras consultas. Llámanos al 925 820 328 o visítanos en Talavera de la Reina o Lagartera.