Quizá hayas escuchado alguna vez que una boca sana es reflejo de un cuerpo saludable. Pero, ¿sabías que existe una conexión directa entre la salud dental y las enfermedades cardíacas? Estudios recientes han demostrado que problemas dentales como la gingivitis y la periodontitis pueden aumentar significativamente el riesgo de sufrir problemas cardíacos.
¿Cómo sucede esto exactamente?
Cuando padecemos enfermedad periodontal, las bacterias presentes en las encías inflamadas pueden ingresar al torrente sanguíneo y llegar al corazón. Esto puede:
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Provocar inflamación arterial.
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Contribuir a la formación de placas en las arterias (aterosclerosis).
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Aumentar el riesgo de infarto de miocardio o accidente cerebrovascular (ictus).
Además, estas bacterias pueden adherirse a válvulas cardíacas dañadas o a dispositivos implantados, como marcapasos, generando una afección llamada endocarditis infecciosa, una enfermedad grave que requiere tratamiento hospitalario.
¿Quiénes corren más riesgo?
Las personas con mala higiene oral, fumadores, diabéticos o quienes padecen enfermedades crónicas tienen mayores probabilidades de enfrentar estos riesgos. También se ha observado mayor incidencia en personas con sistemas inmunológicos debilitados o con antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares.
Por eso es crucial mantener una buena salud bucodental mediante:
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Visitas periódicas al dentista.
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Una correcta rutina de higiene oral.
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Atención rápida ante cualquier síntoma de inflamación, sangrado o dolor en las encías.
Consejos clave para cuidar tu boca y proteger tu corazón:
- Cepilla tus dientes al menos dos veces al día.
- Usa hilo dental diariamente para eliminar los restos de comida entre los dientes.
- Visita a tu dentista cada seis meses o con la frecuencia que te indique tu profesional.
- Mantén un estilo de vida saludable, evitando fumar y controlando la diabetes.
- Cuida tu alimentación, limitando el consumo de azúcares y grasas saturadas.
- Controla el estrés, ya que está relacionado con hábitos perjudiciales para la salud bucal y cardiovascular.
Recuerda: lo que pasa en tu boca, no se queda solo en tu boca.
Cuidar tu salud bucal es cuidar tu corazón. ¡No lo olvides! Una revisión a tiempo puede marcar la diferencia no solo en tu sonrisa, sino en tu bienestar general.